domingo, 22 de noviembre de 2020

Espejos


---Espejo a la par de un espejo---


Estas batallas internas.


Estas guerras que desgastan.


Esta almohada que no deja dormir.


Como para invitarme un trago,

como para invitarte uno a ti.


Porqué la noche

está hecha para los amantes.

Para los gatos pardos de los tejados.

Para las gatas grises de la oscuridad.

Para que se encuentren

los que se deban encontrar.


Estas batallas

en que mi íntimo enemigo

no cede sino cedo yo.


Espejo a la par de un espejo.


Reflejo nocturno.

Destello  diurno.


Barajas de azar

que tienden a probar lo bien ávido.


Y viene a mí <el trabajo>

Sagrado marro

que permite construir y a la vez destruir.

Qué por más títulos que la vida me otorgue

no dejaré de decirme <obrero>

Me sienta bien: edificar.

Me sobra, desecho: destruir.


Estas guerras

donde no hay derrotas ni victorias.


Ante todo: Las damas primero.


Aprender en una rueda de la fortuna

equivale a vivir en constante aventura.

Bendita feria.


A probar lo desconocido

sabiendo discernir de lo mal ávido.


Pero me apego a mi sagrada rutina.

Donde los hilos no se rompen.

Donde la cuerda del reloj provoca el tic-tac.


Viajes nocturnos

que se visten buscando la luna bolina.


De las dudas

que terminan soltando respuestas.


De la interrogante

que no engaña que no miente.


Y llega sin aviso

(Peregrina seas inspiración)

la palabra amor.

En tan solitaria bohemia.


Cuerpo con cuerpo.

Beso con beso.

Asedo con asedo.

Bien con bien.

Mal con mal.

Amor y piel.


Y como siempre.

Como el final de todos los finales.

Como cada noche. 

Al final de estas guerras, de estás batallas.

Como constante única

te encuentro a ti en mí, mujer…



Por:

David Rodas

Un 29 de Agosto del 2013 / Coatzacoalcos, México.

Derechos Reservados (Estas guerras íntimas)