domingo, 22 de febrero de 2015

Mujer de abril a otoño


Río de matices de antaño,
en él te bañas mujer para ser eterna.
En ti el atardecer se funde,
vistiéndote de esplendidas hojas celestiales.
Viaja, sobre y debajo, de ti
la flor de la dama, frágil eres,
rodeada de ásperos árboles, fuerte también.

Bendito atardecer
que en ti se guarda
para dar vida a las hojas
flor de dama cálida,
en ti brota el arcoíris
de la seducción,
todo lo contienes.

Matices de antaño que endulzan,
colores en ti tan vivos que embelesan,
que en tu flor dama viajan.
Las hojas relucientes que caen y se elevan,
te embellecen, das tanta vida.
Viaja a ti mi imaginación.

Los ásperos troncos
cuidan de ti Mujer de abril
a otoño, lo mereces todo.
Todos duermen cuando
tú despiertas.

Tocarte no me es permitido
pensarte no lo tengo prohibido.

La serpiente de agua se aleja
un pez roza tu pezón,
y el atardecer sigue fundiéndose
en ti Mujer de río dulce y salado.

Bendito amanecer
que en ti brota sedienta dama,
la llovizna es mi sudor
que cubre tú flor.

En ti brotan todos los matices
desde el azul del día hasta el negro de la noche.
Mujer de río salado y dulce.
Mujer de abril a otoño.
Mujer de flor, de río.

Y llegas al pleamar
ahí donde se funde el río
con el mar, para contenerlo todo.
Para dar matices gentiles
a cada color primario como yo,
eres el ser que la luz atraviesa
para que nazca la reflexión,
todo lo cambias tú mujer,
todo lo cambias tú.

Flor de dama,
que mi alma reclama
y mi cuerpo añora.

Tocarte no me es permitido
pensarte no lo tengo prohibido.

Mujer de río salado y dulce.
Mujer de abril a otoño.
Mujer, oh mujer…
Río de matices de antaño,
río de matices del ahora,
río de matices de lo que vendrá.


Por:
David Rodas

Un 20 de Febrero del 2015 / Coatzacoalcos, México.
Derechos Reservados (Esta mi depresión que olvido por pensarte mujer)