-Solo desperté-
Yo no juego a los dados, ni me creo Dios. No he visto una manzana caer que me inspire una ley.
Yo no juego a los dados, ni me creo Dios. No he visto una manzana caer que me inspire una ley.
No
creo en verdades ni en mentiras, para mi es lo mismo. Se tú mismo, me dice el
que mata, el que engaña, el que no vive.
Creo en vivir amando y en perdonar viviendo. No creo en verdades ni en mentiras, puesto que de hecho las contengo, son parte de mi mismo. No tengo nada, pues con nada he venido. Si traigo un cuaderno, un lápiz me basta con estar en la madrugada aun vivo.
Yo no juzgo ni predico palabra alguna, solo digo, lo que mi alma reclama, lo que el latir de mi corazón bombea. Tan así como me pierdo me suelo encontrar.
Yo no juego a los dados, ni me creo Dios. Mi ley universal va de la mano con el amor y el perdón, como va de la mano la verdad con la mentira. No etiqueto, mas que en fotos de una pagina electrónica, donde vivo en la calle cual sin dueño. No tengo nada y nada te os pido. Si me das cobijo o un vaso de agua, te daré unas gracias de amigo.
Creo en vivir amando y en perdonar viviendo. No creo en verdades ni en mentiras, puesto que de hecho las contengo, son parte de mi mismo. No tengo nada, pues con nada he venido. Si traigo un cuaderno, un lápiz me basta con estar en la madrugada aun vivo.
Yo no juzgo ni predico palabra alguna, solo digo, lo que mi alma reclama, lo que el latir de mi corazón bombea. Tan así como me pierdo me suelo encontrar.
Yo no juego a los dados, ni me creo Dios. Mi ley universal va de la mano con el amor y el perdón, como va de la mano la verdad con la mentira. No etiqueto, mas que en fotos de una pagina electrónica, donde vivo en la calle cual sin dueño. No tengo nada y nada te os pido. Si me das cobijo o un vaso de agua, te daré unas gracias de amigo.
Amigo
es aquel que miro al espejo, el que no me miente cuando yo le miento, el que me
dice mi verdad cuando quiero llorar, quien me incita a escribir, a amar, a
existir, mi otro yo, mi alter ego.
De la familia no hablaré, por que ya he mencionado a Dios.
No me ocultaré en la noche para mentirle al día, si tengo un pan una copa de vino, al día le he de agradecer. No hay ley más clara que la que te dice un amigo con un abrazo, con un bocado de esperanza con un alcohol de alegría.
No he visto una manzana caer que me inspire una ley. Solo recuerdo en estos momentos las palabras de un recolector de basura que cuando le pregunto: -que dice el día señor-, el responde: -el día no dice nada buen amigo, el que dice es uno- y mi vos callo. Camine tendidamente escuchando lo que el día me había dicho, y por fin, tras largos desvelos, al fin, pude dormir. Ahora escucho al día, en realidad, me escucho a mí, cada día.
No tengo ley ni tesoro alguno, no aclaro respuestas ni descifro misterios, no sé nada de nada. Solo que tras un letargo sueño, desperté y ahora vivo aprendiendo a vivir.
No sé a donde voy y ni porque he venido. Pero doy gracias a Dios, por no jugar a los dados y a Newton, que por una manzana, descubrió la ley de la gravedad, que me permite todos los días, tocar la tierra sin volar.
De la familia no hablaré, por que ya he mencionado a Dios.
No me ocultaré en la noche para mentirle al día, si tengo un pan una copa de vino, al día le he de agradecer. No hay ley más clara que la que te dice un amigo con un abrazo, con un bocado de esperanza con un alcohol de alegría.
No he visto una manzana caer que me inspire una ley. Solo recuerdo en estos momentos las palabras de un recolector de basura que cuando le pregunto: -que dice el día señor-, el responde: -el día no dice nada buen amigo, el que dice es uno- y mi vos callo. Camine tendidamente escuchando lo que el día me había dicho, y por fin, tras largos desvelos, al fin, pude dormir. Ahora escucho al día, en realidad, me escucho a mí, cada día.
No tengo ley ni tesoro alguno, no aclaro respuestas ni descifro misterios, no sé nada de nada. Solo que tras un letargo sueño, desperté y ahora vivo aprendiendo a vivir.
No sé a donde voy y ni porque he venido. Pero doy gracias a Dios, por no jugar a los dados y a Newton, que por una manzana, descubrió la ley de la gravedad, que me permite todos los días, tocar la tierra sin volar.
-POESÍA MARGINADA & SUEÑO LATENTE-