jueves, 1 de agosto de 2013

---Cuando la madrugada habla, me suelo callar---




---Cuando la madrugada habla, me suelo callar---


No distingo entre azules y grises.

No consigo olvidarme del futuro y el pasado.

Habito desterrado del presente.

No concilio la idea de que me olvides,
cuando aun no te he besado, Mujer.

Y se entona la canción de los mil gritos.
Cuando la madrugada amenaza
con dar un golpe abrupto y febril,
las gatas abandonan los tejados rojizos,
y los depredadores deambulas los desiertos negros.

No distingo el bien y el mal
en tela fina ni abrigo descosido.

No consigo abandonarme plenamente,
hasta ser yo.

No concibo la idea de que me mates
con una mirada, mujer.

Y no hay llamarada de petate
en casa abandonada. 

El día se fue de juerga.
La noche no se pinta.
Y del atardecer no hablo mujer.

Sin conocernos.
Con tu minifalda bañando mi rostro. 
Con la embriaguez de estar a lado tuyo, 
sin hablarnos ni tocarnos; esto es sexo puro. 

Mi pensamiento se escapa en un túnel sin tiempo.
Los universos no se encuentran 
por que no se atreven a mirarse.

No distingo entre azules y grises.
Y hasta el arcoiris no aparece
porque el cielo ha dejado de estar nublado.
Y esto significa:
Sin que me quieras, estoy feliz.
Y para terminar pronto:
Te quiero, Mujer, aunque no deba querer...


Por:
David Rodas
Un 27 de Julio del 2013 / Coatzacoalcos, México.