---Cuando la
madrugada habla, me suelo callar---
No distingo entre
azules y grises.
No consigo
olvidarme del futuro y el pasado.
Habito desterrado
del presente.
No concilio la
idea de que me olvides,
cuando aun no te
he besado, Mujer.
Y se entona la
canción de los mil gritos.
Cuando la
madrugada amenaza
con dar un golpe
abrupto y febril,
las gatas
abandonan los tejados rojizos,
y los
depredadores deambulas los desiertos negros.
No distingo el
bien y el mal
en tela fina ni
abrigo descosido.
No consigo
abandonarme plenamente,
hasta ser yo.
No concibo la
idea de que me mates
con una mirada,
mujer.
Y no hay
llamarada de petate
en casa
abandonada.
El día se fue de
juerga.
La noche no se
pinta.
Y del atardecer
no hablo mujer.
Sin conocernos.
Con tu minifalda
bañando mi rostro.
Con la embriaguez
de estar a lado tuyo,
sin hablarnos ni
tocarnos; esto es sexo puro.
Mi pensamiento se
escapa en un túnel sin tiempo.
Los universos no
se encuentran
por que no se
atreven a mirarse.
No distingo entre
azules y grises.
Y hasta el
arcoiris no aparece
porque el cielo
ha dejado de estar nublado.
Y esto significa:
Sin que me
quieras, estoy feliz.
Y para terminar
pronto:
Te quiero, Mujer, aunque no deba querer...
Por:
David Rodas
Un 27 de Julio
del 2013 / Coatzacoalcos, México.