martes, 4 de septiembre de 2018

Mano quieta sobre mi cabeza



Quizás puedas oír mi voz reclamándole al tiempo 
y a la vez oír mi corazón, agradecerle al minutero.
Tal vez veas mis manos, quietas en mi cabeza 
y a la vez veas mis pies, seguir avanzando entre la maleza.

Es entendible que el cuerpo este inmóvil, 
y a la vez, que el interior este en continuo movimiento.

La peor depresión, es cuando se deja de respirar, 
y la mejor vitamina, es apagar la contaminación de las dudas.

Quizás puedas oír mi voz, reclamándole al tiempo 
y a la vez veas mis pies, bailando en el minutero.
Tal vez veas mis manos, quietas en mi cabeza 
y a la vez escuches a mi corazón, agradecer al segundero.

Las situaciones se asimilan. Para nadar en un mar de aliento. 
La esperanza está viva. En el continuo movimiento interior. 
No creo en las casualidades. Tengo que respirar.

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David Rodas
Un 3 de Septiembre de 2021 / Coatzacoalcos, México / 2139 Hrs