-LETRAS QUE NACEN, QUE MORIRÁN-
Muere escribiendo,
escribe muriendo.
Que las palabras al final
son letras plasmadas en el pensamiento.
El pensamiento
creado por emociones,
indiscutibles, indispensables.
Para hablar muriendo,
para morir hablando.
Sentimientos:
vacíos, banales, ocasionales.
Sentimientos:
llenos, profundos, eternos.
Muere soñando,
sueña viviendo.
Que al final la muerte
es un sueño
y la terminación de un sueño
es la muerte.
Palabras con sabor a cebada,
impregnadas con aroma de tabaco.
La soledad es muerte, la compañía es vida.
El perdón es la grandeza,
el rencor la agonía.
Entre los malentendidos
se crea la duda,
en la aclaración
suele surgir la verdad.
¿Oh noche tibia que provocas en mí?
Que las letras nacen no siendo mías,
como aquella mujer que al despertar me desprecio.
Muere escribiendo,
escribe muriendo.
No hace falta papel y lápiz,
tan sólo la vida basta.
Que mejor papel
que el alma de quién te rodea,
que mejor lápiz
que la caricia que contienes.
Una palabra basta
para matar o revivir
a quién amas.
El perdón es la grandeza,
el rencor la agonía.
Ninguna de las dos conozco.
Entre los malentendidos
se crea la duda,
en la aclaración
suele surgir la verdad.
¡Cuestiones de un alma solitaria!
Que vivirá escribiendo,
que vivirá muriendo.
Al girar los astros perdidos
en la eternidad.
Suelo encontrar más verdad
entre los desconocidos
y más mentiras
en quién a mi lado esta.
No es un punto final,
es tan sólo un punto nada más…
Por:
David Rodas
Un 23 de marzo del 2013 / Coatzacoalcos, Veracruz.
Derechos Reservados (Un molino de viento)
